divendres, 22 d’abril del 2011

FINAL




Viernes, 17 octubre 1768

El capitán se alegró, todo había salido a pedir de boca, se encontraba en el Surprise, el navío pirata, había sido una suerte que unos corsarios los atacasen, tenía la excusa para abandonar el barco, ordeno a Mendoza tirar por la borda toda la munición después de la batalla naval y a de la Fuente esparcir por las bodegas la pólvora y casi todo el ron.
Lo tenían todo previsto, pararon en aquél punto del mar para la llegada del Surprise.
La nave la capitaneaba Mario Mendoza, Hermano de Juan Mendoza que se había hecho pirata tras la muerte de su padre. Se cargó en la nave todo el oro que cabía en las bodegas del Surprise y unos barriles de ron para la tripulación a parte de de un cuadro del despacho de Espinoza y el cuaderno de bitácora. Se aseguraron una mecha desde las bodegas hasta el puente del Europa para conseguir tiempo para huir y que la tripulación a lo lejos creyera que el oro descansaba en el fondo del mar.
Mario entregó una carabela al capitán a la que se le cargó el oro que entraban en las bodegas, víveres para unos días y doce marineros autóctonos de la isla de Lemnos dónde se dirigirían, Mario aceptó el oro que quedaban en sus bodegas como presente por la ayuda prestada y dejó a esos doce marineros que regresaran a su patria, Mario con el oro pretendía ir a los mares del norte para dejar la piratería y establecerse como comerciante.
Mario habló con su hermano para que se quedara con él, pero después de largo rato hablaron llegaron a la conclusión de que ya era momento de retirarse a descansar. Así la carabela con Espinoza, Mendoza y de la Fuente se dirigían a Lemnos, aquellos tres hombres habían arruinado a su país, habían herido el orgullo de la nación hundiendo el Europa y ellos serían recordados como unos grandes marineros.
Una vez llegaran a Lemnos se instalarían en una casita de color blanco donde reharían sus vidas, se casarían, tendrían hijos o simplemente pescarían hasta el atardecer.
Unos días después se encontraban en su nuevo hogar, Lemnos, una isla de origen volcánico cautivo los corazones de los tres nuevos habitantes de la isla, una vez establecidos en su nueva casa Espinoza dejó el cuadro en una esquina, se dirigió a la playa, miró el cuaderno de bitácora y lo soltó en el mar, ocultando así la verdad de lo sucedido. 
Lemnos

LA CAÍDA DEL EUROPA

ver EL PRIMER DÍA, EL SEGUNDO DÍA, EXTRACTO DEL DIARIO DEL CAPITÁN, EL PRINCIPIO DEL FIN)

Jueves, 16 octubre 1768

Todo el mundo se despertó, casi todo el barco sufría las consecuencias de la ingesta de ron del día anterior. El capitán pasó revista a sus oficiales y se dedicó ha hacer sus quehaceres matutinos, mientras Mendoza y de la Fuente se dedicaban ha hacer inventario de la munición. La mañana transcurrió sin incidencia alguna hasta que Iñigo Beltrán, un joven mozo al que todo el mundo tenia aprecio divisó  tres navíos, en concreto dos galeones y una nao que se acercaban al Europa a toda velocidad mientras éste permanecía inmóvil. Acto seguido el capitán Espinoza dio la orden de poner en marcha el navío, pero ya era demasiado tarde.
Las tres naves enemigas aparecieron a barlovento por lo que el Europa estaba encarado a sotavento por lo que no podía huir. Los tres navíos los dirigía un corsario que habiendo obtenido la patente de corso decidió hacerse con las últimas reservas de oro de España para entregar una parte a su país. 
Espinoza decidió atacar, la primera, segunda y tercera batería de cañones estaban armadas, pero de golpe un cañonazo enemigo alcanzó el bauprés, otro el timón y otro derribó el palo de mesana. Pocos daños más sufrió el Europa aparte de los citados anteriormente pero la nave quedó ingobernable. Al cabo del rato se procedió al abordaje del navío pero con la cantidad de hombres a bordo del Europa en menos de un par de horas hubo acabado la batalla con los dos galeones hundidos y la nao huída.

Después de comprobar los daños del navío y las bajas de la tripulación se llegó a la conclusión de que el barco quedó ingobernable y deberían usar los botes para navegar a la isla más cerca que tenían, Córcega o Cerdeña, para avisar así a la armada ya que la preciada carga del navío permanecía intacta.
No todo salió como se esperaba, un barco pirata, una nao que había divisado al Europa había sido testigo de la batalla naval y decidió rematar el abordaje del Europa. Un marinero sugirió que habían de defenderse, los cañones permanecían casi intactos y la potencia de fuego continuaba siendo enorme y además podrían capturar el barco enemigo para dirigirse a puerto con el oro. Ante esta reflexión el capitán discrepó, un mozo le había informado que la munición no estaba, el ron y la pólvora esparcidos por la bodega y la escasez de hombres propiciaba la pérdida de toda a tripulación, pero lo que de veras dolió al mozo fue que alguien cometiera el sacrilegio de desperdiciar el ron,  así que Espinoza decidió abandonar el barco en los botes que aún quedaban.
Espinoza, Mendoza y de la Fuente que veían extinto su plan de deserción decidieron quedarse en el barco para hundirse con él, la tripulación no lo permitió, pero de todos modos debían irse; lo que quedaba de tripulación abandonó la nave en los botes y los tres hombres se quedaron en el barco, después de todo lo vivido aquél día nadie preguntó por Mariano Costa, todo el mundo creía que había muerto en el ataque.

El panorama desde los botes era desolador, el mozo Iñigo Beltrán desde la distancia vio como el Europa era apresado por los piratas y en poco menos de una hora el barco pirata salió veloz como si la parca los persiguiera, así fue, porque una gran explosión sacudió el mar, El Europa había estallado, desde lo más hondo del corazón los marineros de los botes vieron como según creían que el capitán en un acto de valentía había hecho estallar el barco con la pólvora que había en él. Lo que después vieron fue inverosímil, el cielo se tiño de dorado y una lluvia de agua y oro cubrió parte del cielo, la carga del Europa reposaba en las profundidades del mar.

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dijous, 21 d’abril del 2011

EL PRINCIPIO DEL FIN

 (ver EL PRIMER DÍA, EL SEGUNDO DÍA, EXTRACTO DEL DIARIO DEL CAPITÁN)
Miércoles, 15 Octubre 1768

El capitán Espinoza se encontraba sentado en la butaca de su despacho contemplando su gran mesa de caoba, encima de la mesa habían solamente un par de plumas, un cartapacio y un tintero con tinta negra. Los rayos de luz que entraban por el ventana de la sala. Espinoza con los párpados cerrados, las pierna bien colocadas y los brazos sobre la mesa reflexionaba sobre lo que debía hacer, lo que necesitaba hacer y lo que quería hacer hasta que llego a la conclusión de que esos términos eran en aquél momento los mismos. Sonó la puerta del despacho, los golpes de unos nudillos golpeando la madera pidiendo permiso para entrar, era Mariano Costa, cuando se abrió la puerta un gran griterío inundó la sala hasta que la puerta se cerró, era la hora de comer y el capitás había entregado a toda la tripulación gran parte del ron de las bodegas, estaban ya ebrios y no podían dar un paso al frente ni identificar lo que pasaba a su alrededor, la nave llegó al punto indicado y se dió la orden de poner la nave al pairo. Entró Mariano, un hombre educado, culto, con una gran constitución física y fiel a sus principios con gran sentido del deber.
Entre estos dos  hombres se produjo una conversación que marcaría el destino de ambos hombres.
-Usted Mariano -dijo el capitán- lleva ya muchos años en la marina verdad?
-Cierto, pero... a que viene esto?
-Después de tantos años viendo día tras día como el estado inicia guerras y envía a sus hombres a la muerte no empieza a estar cansado de la vida militar?
-Donde quiere ir a parar capitán -dijo Mariano con un cierto tono de violencia en su voz-
-Digo Mariano que el estado se embolsa todo el dinero que puede y lo gasta en su propio beneficio despojando al pueblo de los recursos que necesita y nosotros poseemos ahora mismo de la riqueza necesaria para crear algo inimaginable.
-Dice usted de quedarnos con el dinero e irnos -golpeando la mesa con el puño lleno de rabia prosiguió-, capitán, eso es traición y si bien no me equivoco esto lo tenia usted ya planeado, queda usted relevado de sus servicios hasta que lleguemos a puerto donde será juzgado!
-Este navío nunca llegara a puerto! -Espinoza pronunció estas palabras mientras violentamente se levantaba-
-Traición y deserción, curiosa combinación, le detendré aquí mismo.
Antes de Mariano acabase de pronunciar sus últimas palabras Espinoza se le lanzó al cuello, los dos hombres se movían por toda la sala hasta que Mariano tropezó, cayó y se desnuco con el canto de la mesa de caoba del capitán.
Acto seguido de la muerte de Mariano, de la Fuente y Mendoza entraron, los tres se miraron y comprendieron la magnitud de la decisión sin retorno que habían tomado.
En la cubierta no había nadie, los marineros dormían a causa de su embriaguez y los tres hombres arrojaron al cadáver por la borda.
Los hombres de más rango del barco se encontraban reunidos pensando cual seria su siguiente paso y cuan difícil seria llevarlo a cabo sin incidencias.
El motivo de la deserción?, la desilusión y odio por el estado ya que todas sus desgracias eran causa de España, a dónde desertar?, irían a la isla de Lemnos, una isla griega donde nadie los encontraría.
Todo el barco pasó una noche tranquila, todo el navío descansaba y se recuperaba de su embriaguez.

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EXTRACTO DEL DIARIO DEL CAPITÁN ESPINOZA

Lunes, 13 octubre de 1768         (ver EL PRIMER DÍAEL SEGUNDO DÍA )


Hemos atracado en el dique seco de Nápoles y se ha embarcado al navío la carga estipulada, la cantidad de víveres, ron y pólvora es ínfima en comparación al espacio que ocupa el oro, hemos tenido que gran parte de los barriles de pólvora entre el oro que ocupan todas las bodegas y el pescado y el ron en unos camarotes desocupados.
Nos dirigimos a latitud 38º 19' N longitud 10º entre las islas de Córcega y Cerdeña para hacer tiempo por si alguien va a por la preciada carga que transportamos; la tripulación piensa que en la bodega hay armas y productos textiles, temo un motín si descubren la auténtica carga, les he entregado una cuarta parte de los barriles de ron, para el resto tengo una idea en mente, igual que con la pólvora.
Durante estos días no ha ocurrido situación destacable excepto la reunión que hemos tenido Mendoza, de la Fuente y yo. Hemos decidido llevar a cabo nuestro plan, nadie nos lo impedirá, ya no hay marcha atrás, pasado mañana nuestro plan habrá dado inicio para dar paso a unos hechos que marcarán nuestras vidas; el lazo que nos une es muy fuerte unido por un punto común en todos, tengo confianza ciega en Mendoza y de la Fuente, todos sin diferencia tenemos una tragedia personal, la muerte de la familia de Mendoza aunque su hermano menor vive; y de la Fuente perdió a su hijo en la guerra y finalmente yo perdí a María a manos d un medico incompetente que a causa de su negligencia causo la muerte de mi mujer, lo único que me quedaba en el mudo, y como aquel inepto era hijo de un noble no le ocurrió nada así que mi vida se ve ligada al mar.
Empieza a oscurecer, se me empieza a nublar la vista y he de dejar de escribir por hoy, a la luz de las velas no puedo mas que recordar las tardes veraniegas en las que solía ir a pescar y no tenia ninguna preocupación, ahora me encuentro sentado en una butaca contemplando el diario que me veo obligado a escribir día a día; por suerte nadie leerá este  diario ya que contiene encerrados mis más profundos sentimientos. 


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EL SEGUNDO DÍA


Sabado, 4 octubre de 1768

Juan Mendoza se había levantado temprano para supervisar las tareas matutinas a bordo del navío y de paso para recibir las instrucciones de su amigo y capitán José María Espinoza. Mendoza se vistió, se calzó sus zapatos y salió de su camarote no sin antes asegurarse que se había afeitado correctamente con su navaja.
Mendoza se dirigió al despacho del capitán; allí estaban aparte del citado anteriormente se encontraban el capitán, de la Fuente y Mariano Costa. Aquél hombre era lo que se podría decir una especie de autoridad naval con orden directa del jefe supremo de la armada para controlar las acciones del capitán, la armada necesitaba asegurarse de que el mejor buque de que disponía la armada no sufriese algún percance. El Europa se botó en el dique seco de Cuba y desde allí se trasladó a Cádiz.
El capitán  ante sus dos amigos y Mariano Costa  abrió el sobre con las ordenes de navegación. El sobre considerablemente grande no tenía nada destacable, pero la carta era de un papel especial de alta calidad con un texto escrito a pluma con una gran fluidez. La carta la firmaba el jefe supremo de la armada con sello real desde la corte del rei, cosa que significaba que aquella misión era vital para el país.
Las ordenes eran claras, debían ir a Nápoles para transportar una cantidad de oro suficiente para abastecer a todo el reino durante varios años, además del oro se debían embarcar unos barriles de ron y pólvora con la que se podía crear un gran explosivo y finalmente unos fardos de pescado para la tripulación; por suerte las bodegas del navío eran enormes y cabría toda la carga, eso si, la velocidad del navío se vería ralentizada.
La distancia a recorrer era muy larga, aproximadamente unas 1106,37 millas náuticas equivalentes a 2049 Km que en línea recta equivalen a 609,07 Mn y tardarían unos nueve días ya que la velocidad de este buque con las condiciones propicias es de cinco nudos la hora, es decir, unos 9,26 Km/h. La misión era altamente secreta pero seguramente la información se habría filtrado a los enemigos por lo que la travesía de regreso sería peligrosa. Difícil tarea comportaba llevar tanto oro a Cádiz y no a Barcelona o a Valencia donde el transporte de la carga a Madrid sería más rápida.
Mendoza al conocer la misión le vino a la memoria el recuerdo de su familia que murió en una incursión en territorio enemigo, murieron su padre y su hermano mayor, la madre enfermó y murió y su hermano menor..., prefería no pensar en ello. Mendoza por lo tanto se quedó solo pero la mistad que le unía con Espinoza desde la infancia le proporcionó una nueva vida.

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dissabte, 9 d’abril del 2011

EL PRIMER DÍA

Viernes, 3 de octubre de 1768

El capitán de navío de la Armada Española José María Espinoza vestía el uniforme reglamentario acorde con su rango en la armada. Durante dos interminables meses su Europa había estado atracado en un muelle para dar los últimos retoques al navío. El Europa era uno del los navíos de guerra mejor armado de su categoría, cosa que le restaba velocidad pero le otorgaba una gran potencia de fuego, no en vano poseía 126 cañones, una tripulación de 1071 hombres, una eslora de 220 pulgadas y un lastre de 20.000 quintales, lo que le permitía entablar batalla contra cualquier navío, la capacidad de carga del Europa permitía almacenar gran cantidad de víveres así como de armamento y otras cosas que obtuviesen durante su travesía. Era la primera vez que Espinoza capitaneaba un barco de tales características y debido a su experiencia, él era el indicado para dirigir el Europa.
Había llegado ya el momento de levar anclas, en poco menos de un par de horas el Europa habría abandonado la ciudad gaditana para dirigirse a mar abierto donde Espinoza se sentía en libertad. Se desplegó todo el velamen, desde la cangreja hasta el petifoque pasando por la vela mayor y la gavia. Una vez en alta mar Espinoza abandonó el castillo para dirigirse a su despacho no sin antes delegar todas las tareas a su segundo de abordo Juan Mendoza y al nostramo Luís de la Fuente. Mientras Mendoza marcaba el rumbo con el timón, de la Fuente controlaba a la tripulación que estaba de guardia en la cubierta del barco mientras el resto de la tripulación estaba asignada a una zona concreta del navío, o simplemente descansaba.
Espinoza entró en su despacho, éste estaba decorado con gran cantidad de cuadros que ilustraban batallas navales y diferentes escenas relacionadas con el mundo naval. En una esquina había un gran cuadro cubierto con una sábana para evitar que se estropease hasta que llegara el momento de descubrir que había en él. El centro de la sala lo presidía una gran mesa de caoba con una gran butaca donde Espinoza había pasado largas horas contemplando cartas de navegación.
Espinoza se sentó en la butaca y ante sí tenía encima de la mesa gran cantidad de mapas, las cartas de navegación, papeles sueltos, en una esquina una serie de libros y finalmente dos cosas que ocuparon casi toda la tarde del capitán, el cuaderno de bitácora y un sobre con las ordenes de su misión. Cogió el sobre y lo guardó en un cajón, ya lo abriría más tarde, abrió el cuaderno de bitácora y escribió en él lo más relevante del día y lo guardó; seguidamente se levantó, destapó el cuadro anteriormente mencionado y lo colgó en la pared, se sentó de nuevo en su butaca y contempló durante largo rato el cuadro. En aquel cuadro aparecían los padres de Espinoza, su hermano, el propio Espinoza, su mujer y el padre de ella. Entonces empezó a recordar su pasado.
Espinoza era ya un hombre curtido, relativamente joven al que el sol, el viento y la lluvia han castigado su rostro durante toda su vida, lo que le ha dado una expresión dura pero limpia y honesta a la vez, en definitiva, la mirada de los que no tienen nada que esconder. Espinoza nació en Valladolid en 1721 en el seno de una familia humilde que se ganaba la vida con el transporte marítimo, por lo tanto su padre lo instruyó transmitiéndole su pasión por el mar. Cuando Espinoza hubo alcanzado la edad necesaria se enroló en la marina para servir a su patria, en concreto en el navío Victoria y allí conoció a su mujer, María, que era hija del capitán Gutiérrez. María y Espinoza se enamoraron al poco tiempo, ya que la madre de María había muerto y solo le quedaba su padre. A Gutiérrez no le hacía mucha gracia la relación que había entre su hija y Espinoza, pero conforme iba pasando el tiempo, Espinoza se convirtió en el segundo de abordo del Victoria congeniando así con Gutiérrez y obteniendo la mano de María en matrimonio. La unión con María hizo que la reputación de Espinoza aumentara, ya que Gutiérrez era un hombre importante entre la marinería.
Un día, por desgracia, Gutiérrez pereció en una batalla hundiéndose con su Victoria y poco después murió María de una enfermedad. Ese cuadro era lo único que le quedaba de su familia, era el cuadro de su boda.
Al morir el padre de Espinoza, murió el ultimo lazo que lo unía a tierra y su nueva vida fue el mar ,obteniendo así el Europa. La única familia que le quedaba eran Mendoza y de la Fuente. El mar dará a cada hombre una nueva esperanza como el dormir le da sueño, esa frase fue la que un día su padre le dijo, cuanta razón tenia su padre -pensó Espinoza- toda su vida la había dedicado al mar y solamente cuando se encontraba bajo las estrellas, con el olor de la brisa marina, sentía una agradable sensación de comodidad y bienestar. 

navío

diumenge, 13 de març del 2011

EN GARDE, PRÊTZ, ALLEZ

El dia 11 de Març em vaig presentar voluntari per al 35è Trofeu Internacional de la ciutat de Barcelona en la categoria d' espasa femenina. Per tal d'arribar a l'hora establerta ha estat necessari aixecar-se a les sis del matí per agafar el cotxe cap a Barcelona passant per Zona Universitària arribant cap a Plaça Espanya per arribar a l'INEFC o a la torre Calatrava de comunicacions. 




 
Un cop dins de l'INEFC que recorda als antics edificis d'herència clàssica vaig anar al directori tècnic per a parlar amb el tècnic per a rebre la dessuadora i les instruccions, cal dir que quan vaig rebre el correu via e-mai sobre el funcionament dels aparells    All-star i Favero, vaig imprimir-ho per tenir una guia en el torneig. Vaig ser assignat a la pista neuf (nou, val a dir que vaig aprendre algunes coses en Francès) i vaig fer amistat amb els nois que estaven amb mi de voluntari. Vaig quedar sorprès quan va començar el torneig ja que pensava que era un entrenament, però no, la poule ja havia començat. Pensava que em posaria nerviós ja que al ser un campionat mundial tot havia de sortir perfecte, però no va ser així, vaig sentir-me còmode i tranquil veient el combat pensant que rea millor estar de voluntari que anar a veure el torneig ja que anava parlant amb l'àrbitre que, per sort, era simpàtic i parlava castellà al qual al final del dia vaig acabar devent-li un a ampolla de Cava Castellblanch o Codorniu. Una altre cosa que va semblar-me curiosa va ser que les competidores no portaven el braç no hàbil a la part superior de darrere del cos tal i com ens havien ensenyat.
Cal dir que el dia va transcórrer sense problemes però les anècdotes estaven a l'ordre del dia, per exemple, per anar a la pista neuf estava en una altre sala i l'àrbitre no sabia com arribar, jo tampoc, però tot sigui dit, varem arribar, ens van dir també que generalment l'àrbitre mai apuntava la poule, però el nostre ho apuntava i a més, només teníem el comandament Favero així que havia una persona que només mirava i la nostra tasca era fàcil, el que més cansava era anar del directori tècnic a la sala petita sortejant tots els obstacles que havia en el camí. 

Una altre cosa impactant tot i que el àrbitre que teníem deia que era normal era que dues de les tres espases que portava una noia mexicana no anaven bé, mitjançant la prova del pes i les galgues a la mexicana allò li va valdre una targeta vermella i un punt de avantatge per a la contrincant i jo tenia les dues espases. 

Una altre cosa també anecdòtica fou que en un combat entre Anglaterra contra França en els combats individuals vaig fer gala d'idiomes dirigint-me a cada jugadora per a que firmés en el respectiu idioma de cadascuna tot i que no parlo Francès però alguna cosa sé. Per acabar aquestes anècdotes dir que per a dinar vaig anar a la una i a les dues tenia el meu entrepà mentre que ja havien començat els combats individuals.



dijous, 3 de març del 2011

GRAN TEATRE DEL LICEU

fulletó del Liceu
Estimats lectors, ahir, per primera vegada vaig anar al Liceu per a veure l'obra de Parsifal de Richard Wagner. Ara, no entraré en detalls de l'argument, en aquest escrit vull plasmar les sensacions que vaig sentir al estar en el Liceu.
En primer lloc, va impressionar-me la grandària del teatre, el Foyer, on ens varen explicar la simbologia dels personatges, les detallades explicacions per a que tothom pogués gaudir de l'espectacle.  
En segon lloc, fer al·lusió a l'aforament màxim del Liceu en que pots arribar a pensar que no s'ompliran totes les localitats, però certament, l'obra de Wagner omplí totes les graderies. Tot i que l'opera era en Alemany, el Liceu et proporciona sobre el teló el text traduït per a entendre tot el que s'argumenta en l'obra. També destacar el paper vital de l'orquestra que, tot sigui dit, en segon plà, és un dels elements clau per a l funcionament de l'obra. Cal dir, que el que més va impressionar-me fou l'escenari giratori, que, permetia continuar la trama sense necessitat d'aturar l'obra, ja que, van renovant els espais mentre avança l'acció.
Per acabar destacar que tot i que l'obra durà cinc hores i quart i comença a les set de la tarda, l'obra no deixà a ningú indiferent i tot el teatre esclatà en aplaudiments per a tot el personal que realitzà l'obra. Així que, animo a tota aquella gent que vulgui gaudir d'una estona agradable vagi al Liceu ja que és accessible a tots els nivells adquisitius dels ciutadans, també destacar el servei que ofereix el Liceu de descarregar el llibret de l'obra.

dissabte, 26 de febrer del 2011

AEGROTO DUM ANIMA EST SPES ESSE DICITUR

La luz que baja y se muestra
a través de una grieta en
una nube espesa deshace
la mirada al pasado.

He estado solo
me he sentido traicionado
sin nadie a mi lado.

Siempre he vivido
pensando que era el
mejor, por eso,
soy tan frágil
y me sigue el dolor.

Creía que yo no
tenia a nadie con
quien poder seguir.

Dentro de éste bosque
las sombras me cierran
la salida y me doy cuenta
de que la fortaleza
es mi debilidad.

Vivo esperando, soñando
que un dia el universo
estalle en llamas.

Por fin podré saber
que no solo es un
sentimiento que
me muestra que es ella
quien me mantiene firme.

No estarás sola
no busques en un
cielo infinito.

Sigo buscando
en las profundidades
donde, las tinieblas
encontrarán la luz.

No estarás sola
porque sigo
creyendo en ti.

Cielo en llamas